PUERTO PRINCIPE .- Cientos de personas se congregaron el sábado para el funeral del arzobispo de la capital, en una inusual ceremonia que simbolizó el duelo colectivo de una nación donde muchos de los muertos fueron enterrados en fosas comunes. Mientras tanto, al tiempo que la ONU informaba que el gobierno haitiano declaró el fin de la búsqueda de personas con vida bajo los escombros, se informó de un nuevo sobreviviente.
Socorristas franceses rescataron a un hombre de 23 años que estuvo atrapado durante 11 días bajo los escombros de una verdulería luego del terremoto que arrasó la capital. El hombre fue colocado sobre una camilla y le suministraron suero mientras lo atendían paramédicos franceses.
Previamente un médico pudo llegar hasta el hombre, al que se le suministró agua, dijo el teniente coronel Christophe Renou, miembro del equipo que trabajaba en el lugar."La vida no se detiene cuando lo dice un gobierno", declaró Renou. "Quedan algunas esperanzas, pero se necesitará suerte y la ayuda de Dios porque hay tantos edificios destruidos". Las autoridades no han dicho explícitamente a los socorristas que desistan de sus tareas, y algunos equipos seguían removiendo escombros. Pero trabajadores de la ONU dijeron que el cambio de enfoque es crucial para atender a miles de personas alojadas en campamentos improvisados que carecen de instalaciones sanitarias. Mientras la entrega de alimentos, medicinas y agua ha mejorado luego de los atascos iniciales, está lejos de satisfacer las necesidades y los médicos temen brotes de enfermedades en los campamentos."Esto no significa que el gobierno les dirá que desistan. Si aparece la menor señal de vida, actuarán", dijo la vocera de la ONU Elisabeth Byrs. Añadió que "salvo algún milagro, lamentablemente las esperanzas se desvanecen".Los equipos socorristas internacionales han rescatado a unas 132 personas de los escombros de edificios, precisó.Según los expertos, las probabilidades de hallar sobrevivientes empiezan a disminuir pasadas las 72 horas. Una madre de niños desaparecidos dijo que no podía abandonar sus esperanzas."Tal vez exista una posibilidad de que estén vivos", dijo Nicole Abraham, de 33 años, enjugándose las lágrimas. Dijo que escuchó el llanto de sus hijos -de 4,6 y 15 años- durante dos días después del terremoto del 12 de enero.Se han realizado pocos funerales desde el terremoto: la mayoría de los entierros han sido anónimos y sin ceremonias en fosas comunes en las afueras de la ciudad.
El terremoto de magnitud 7 mató a unas 200.000 personas, según una estimación del gobierno haitiano citada por la Comisión Europea. La ONU dijo el sábado que el gobierno confirmó de manera preliminar el hallazgo de 111.481 cadáveres, pero esa cifra no incluía los cuerpos enterrados por parientes.
Durante la ceremonia de dos horas por monseñor Joseph Serge Miot y el vicario Charles Benoit, muertos en el sismo, muchos entre los 2.000 dolientes lloraron a sus propios seres queridos."Sentimos que hemos perdido todo. Nuestro hijo, nuestro país, nuestro amigo", dijo Junior Sant Juste, de 30 años, padre de una niña de tres años muerta en el derrumbe de su casa.
La misa, celebrada en un pequeño parque cerca de las ruinas de la catedral, era "una manera de compartir el dolor y hallar solidaridad", dijo su esposa, Ruth Boisrond.Unas 609.000 personas carecen de techo en la zona metropolitana y la ONU calcula que hasta 1 millón irán de las ciudades a zonas rurales ya acosadas por la pobreza extrema. Unas 200.000 han emigrado de la capital.
El sismo destruyó edificios del gobierno, incluido el Palacio Nacional (presidencia), perjudicando las tareas de lo que ya era un estado débil e ineficiente. En los días siguientes, los grupos de rescate se quejaron del control del aeropuerto por las fuerzas armadas estadounidenses, ya que era crucial para las provisiones debido a la inoperatividad del puerto de mar.
Los vuelos han aumentado, pero el presidente René Preval y el ex ministro del gabinete francés Nicole S. Guedj el sábado pidieron la creación de una fuerza de intervención de la ONU para coordinar y movilizar la ayuda en desastres internacional. Se podrían llamar los Cascos Rojos, en oposición a los Cascos Azules de las fuerzas de paz."El gran problema es la coordinación de ayuda", dijo Preval a la prensa en el funeral del arzobispo. "Se necesita organizar la ayuda a nivel global para movilizarla rápidamente y que no haya confusión en el terreno".
Más de una decena de estrellas del pop latino como Shakira, Ricky Martin, Gloria Estefan, Paulina Rubio, Daddy Yankee y Juanes participaban el sábado por la noche del popular programa de variedades de Univisión "Sábado Gigante" para reunir fondos.
Fuente: Diario Libre