Pero nada más lejos de la verdad, como pueden atestiguar los miles de radioaficionados actualmente en la Isla, que disfrutan de este pasatiempo.
“Los radioaficionados son considerados principalmente comunicadores en momentos de emergencia, pero es también una afición”, explicó Ángel Santana, un radioaficionado licenciado.
“En Puerto Rico hoy día hay 9,000 (radioaficionados) licenciados, y como 4,000 activos”.
Santana dijo que para recibir la licencia, los interesados deben aprobar un examen ofrecido por la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés).
Santana dijo que para recibir la licencia, los interesados deben aprobar un examen ofrecido por la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés).
Pero el permiso de la FCC permite a los aficionados hacer variadas actividades por radio, más allá de servir como vital red comunicativa durante las emergencias.
“Hacemos muchas cosas. Nos comunicamos con otros países, ya sea en telegrafía, por voz o los nuevos modos digitales”, detalló Santana, explicando cómo las computadoras han sido integradas a este pasatiempo. Conectamos el radio con la computadora y con programas de codificar señales digitales hacemos como un ‘chat’ para nosotros”.
Santana indicó que las limitaciones de cobertura y la fragilidad de los teléfonos celulares los dejan muchas veces en desventaja frente a los radios de onda corta, que no necesitan una red de antenas y con los que se pueden contactar personas a larga distancia, en lugares recónditos.
“Los radios funcionan de forma independiente a cualquier tipo de infraestructura”, destacó Santana, quien ha contactado a personas en lugares como Antártica, Israel y Camerún.
“Hace poco hice comunicación con un radioaficionado ruso operando en la estación 6W-RK4FF en Sengal, y ahorita con un rumano transmitiendo desde un barco al oeste de Sierra León”, relató.
“Hacemos muchas cosas. Nos comunicamos con otros países, ya sea en telegrafía, por voz o los nuevos modos digitales”, detalló Santana, explicando cómo las computadoras han sido integradas a este pasatiempo. Conectamos el radio con la computadora y con programas de codificar señales digitales hacemos como un ‘chat’ para nosotros”.
Santana indicó que las limitaciones de cobertura y la fragilidad de los teléfonos celulares los dejan muchas veces en desventaja frente a los radios de onda corta, que no necesitan una red de antenas y con los que se pueden contactar personas a larga distancia, en lugares recónditos.
“Los radios funcionan de forma independiente a cualquier tipo de infraestructura”, destacó Santana, quien ha contactado a personas en lugares como Antártica, Israel y Camerún.
“Hace poco hice comunicación con un radioaficionado ruso operando en la estación 6W-RK4FF en Sengal, y ahorita con un rumano transmitiendo desde un barco al oeste de Sierra León”, relató.
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